Y nos llegó el dieciocho, como siempre con el aguinaldo, sus cuecas, volantines, rodeos, asados, ramadas, vino tinto y del otro. Es la fiesta de la chilenidad por excelencia. Todos contentos y felices. Las informaciones de prensa y las estadísticas nos traen buenas noticias, cada día nos acercamos más a los estándares internacionales que rigen el concepto de desarrollo.
Entre tanta magnificencia no quisiera pasar por agorero pero pareciera que entre los olores de la carne asada y la jugosa empanada, otras emulsiones rondan por los aires, una suerte de aroma de descrédito, despilfarro, corrupción y desánimo que entrecruza el ramaje de la institucionalidad, y que nace de la propia alma del ciudadano nacional, enturbiando las relaciones sociales, laborales y todo cuanto se cruce en nuestro camino.
Para la muestra algunos rozales: barrios sometidos a la delincuencia, jóvenes que discuten sus derechos pero incapaces de cumplir sus deberes, servicios públicos que no funcionan (y algunos privados tampoco), políticas de gobierno que fracasan estrepitosamente, y que hablan de un Chile desconocido para la mayoría de los habitantes de esta larga y angosta faja de tierra.
Es por eso que en estas Fiestas Patrias he creído oportuno recordar a don Enrique McIver, uno de esos "Padres de la Patria" desconocido para la mayoría, que ofició de político radical y que en 1900 realizó su polémico discurso sobre "LA CRISIS MORAL DE LA REPÚBLICA", del cual doy a conocer algunos párrafos:
"Me parece que no somos felices; se nota un malestar que no es de cierta clase de personas ni de ciertas regiones del país, sino de todo el país y de la generalidad de los que lo habitan... el presente no es satisfactorio y el porvenir aparece entre sombras que producen la intranquilidad.
"No sería posible desconocer que tenemos más naves de guerra, más soldados, más jueces, más guardianes, más oficinas, más empleados y más rentas públicas que en otros tiempos; pero, ¿tendremos también mayor seguridad, tranquilidad nacional, superiores garantías de los bienes, de la vida y del honor, ideas más exactas y costumbres más regulares, ideales más perfectos y aspiraciones más nobles, mejores servicios y más riqueza y mayor bienestar? En una palabra: ¿progresamos?
"Qué ataja el poderoso vuelo que había tomado la República y que había conducido a la más atrasada de las colonias españolas a la altura de la primera de las naciones hispanoamericanas?
"En mi concepto, no son pocos los factores que han conducido al país al estado en que se encuentra; pero sobre todo me parece que predomina uno hacia el que quiero llamar la atención y que es probablemente el que menos se ve y el que más labora, el que menos escapa a la voluntad y el más difícil de suprimir. Me refiero, ¿por qué no decirlo bien alto? A nuestra falta de moralidad pública que otros podrían llamar la inmoralidad pública.
"Hablo de la moralidad que consiste en el cumplimiento de su deber y de sus obligaciones por los poderes públicos y por los magistrados... Hablo de la moralidad que da eeficacia y vigor a la función del estado y sin la cual ésta se perturba y se anula al punto de engendrar el despotismo y la anarquía y como consecuencia ineludible, la opresión y el despotismo, todo en daño del bienestar común, del orden público y del adelanto nacional..."
Así que ¡Salud y buen Dieciocho!
José Miguel Carrera Núñez
2 comentarios:
HOLA PROFE! esta buenissima la reflexion, pero la cita es casi del siglo XIX. Antes teniamos otras preocupaciones.
Antes de estar haciendo una reflexion más bien lúgubre, deberiamos ver que estamos mucho mejor encaminados que hasta hace unas décadas atras. ¿O acaso estaríamos dispuestos a vivir sin todas las comodidades que tenemos ahora?
Plantearnos que los chicos reclaman sus derechos y no cumplen sus deberes es demostrar que los adultos son cada vez mas intransigentes.
Si los derechos que reclaman son legitimos, por qué se los vamos a negar. ¿Será que tenemos muchas de nuestras garantias sociales de tipo programticas y no operativas?
Ponemos de estandarte que somos una sociedad liberal con grandes tratados de comercio internacional, pero mejor cumplamos primero con las garantias minimas constitucionales.
Estariamos falseando toda una larga lucha por garantizarnos una vida más tranquila.
Este diciocho debemos tomarlo con alegria y prosperidad. Las reflexiones son para fin de año y la familia.
En estas fiestas hay que aprovechar el sandwich, tomar hasta que el higado se canse.
Viva chile!
me gustó mucho la reflexión,
me parece que se contextualiza muy bien con el Chile actual, el señor McIver nos muestra que en este sistema el progreso económico o tecnológico no va acompañado de un progreso moral ni social.
creo que mientras el norte este en llegar al progreso a base de una mejor economía o de un mayor avance tecnológico no lograremos nada real, me explico. de que vale tener la economía más solida de el mundo si nos vendemos día a día a este sistema, no se si realmente valga la pena dejar de lado todo nuestros valores por alcanzar un mayor progreso económico, o acaso vale la pena matar por progresar, vale vender nuestras vidas y nuestros ideales por alcanzar un progreso que fue acordado por un puñado de países, un puñado de países que decidió vendernos la propaganda de que existe un primer mundo y que detrás de ellos estamos nosotros, un puñado de países que con esto aseguró que nosotros subyugados a su poder económico tengamos que comprarles sus productos para ser más desarrollados y que nos tiene agarrados de las bolas ante una deuda externa que nunca podremos pagar.
creo que este mes de la chilenidad es el momento indicado para que levantemos nuestra voz, levantemos la voz y digamos que ya no somos los mismos de antes, que no estamos dispuestos a que nos sigan explotando, que no estamos dispuestos a que se sigan haciendo ricos con nuestro sudor, y anunciarles que su hegemonía no podrá durar por siempre, que su hegemonía esta en peligro, en peligro porque día a día somos más, cada día somos más y más fuertes, porque su hegemonía explotadora nos ha hecho más fuertes, porque su cinismo día a día no da fuerza para derrotarlos, quizás no económicamente, pero si moralmente.
¡¡VIVA CHILE Y
VIVA TODO EL PUEBLO LATINOAMERICANO UNIDO EN LA LUCHA POR DERROTAR AL YANKI EXPLOTADOR!!
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